Bartolillos madrileños
Los bartolillos madrileños son unos dulces típicos de la repostería madrileña. Se suelen tomar en Semana Santa, pero conozco de alguno que los incluye en su dieta fundamental o que los domingos los sustituye por los churros. Al igual que los churros se elaboran en fritura de aceite, se suelen servir calientes.
Su origen es difuso pues se dice que la receta la trajeron los romanos, otros dicen que son de la época del Al-Andalus, otros que provienen de dulces de conventos, que las monjas son las creadoras de ésta receta.
Son mencionados repetidas veces por saineteros y escritores costumbristas que relatan cómo se disputaban la fama de elaborar los mejores: la Hostería de Botín, fundada en los comienzos del siglo XVII en la popular plaza de Herradores por un cocinero francés que se llamaba Jean Botin; el Horno del Pozo, en la calle de este nombre, fundado en 1830 por Julián Leal Charle, establecimiento que aún subsiste, y el Horno de Ceferino, en la calle de León, cuyo local era de menor tamaño que lo fue su fama, pero cuyos antecedentes se han perdido. Los bartolillos son unas empanadillas triangulares, elaboradas con una fina masa y en una fritura en aceite, que guardan en su seno una crema pastelera que derrama su dulzura en la boca del que tiene la suerte de comerla. Los bartolillos son uno de los mejores legados de la antigua repostería madrileña.
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