Focaccia genovesa
La focaccia genovesa es una verdadera institución, un mito, casi un alimento sagrado! Cuando se habla de Fügassa en la capital de Liguria no se está bromeando en absoluto.
Los genoveses están orgullosos de ella, la aman y también están un poco celosos de ella. No existe por ejemplo ninguna focaccia de Bari y si algunos milaneses intentan llamarla pizza blanca tienen que prepararse a cantidad de quejas que no veas!
La focaccia de Génova es parte integral de la vida cotidiana y mantiene un vínculo muy fuerte con la historia de la ciudad.
Hoy intentamos explicarte por qué esta comida es tan importante para los genoveses.
La focaccia es uno de esos alimentos cuya historia tiene sus raíces en tiempos lejanos. Ya en la época de los fenicios y cartagineses, dentro de la cuna del Mediterráneo, se consumía el Libum, un pan que puede considerarse el antepasado de la focaccia. Los griegos y romanos preparaban variaciones con cebada, centeno o harina de mijo. Esta comida era tan importante que a menudo se dejaba como ofrenda a los dioses.
El origen de la Focaccia genovesa
Sin embargo, los verdaderos orígenes de la fügassa genovesa siguen siendo un misterio hoy en día. Los testimonios históricos ya sitúan la focaccia en las cocinas genovesas de 1300, pero si de allí se desarrolló la focaccia actual, aún no está claro.
Lo que es seguro es que durante el período del Renacimiento la focaccia era un alimento muy popular, tanto que se consumía en la iglesia durante las bodas. En 1500 el obispo Matteo Gambaro tuvo que amenazar los fieles con la excomunión si no dejaban de comerlo durante los servicios: ¡Pero nada, se llegó al punto en el que la gente la comía durante los funerales!
La focaccia, tal como la concemos, sin embargo, sólo llegó realmente alrededor del siglo XIX, un período en el que se pueden encontrar recetas y referencias en los libros de cocina y en los “Cuciniere”, los libros de cocina de la cocina genovesa.
Si quieres ver como emplear esta receta, te dejo la Receta de la Focaccia pugliese