La receta de hoy es un clásico Alemán pero que se prepara en casi todo el mundo, su nombre es “Berliner Pfannkuchen” pero son conocidas generalmente como “Berlinesas”, aunque recibe infinidad de nombres. En Argentina además de Berlinesas las llamamos “Bolas de Fraile”, un nombre muy particular y que tiene toda una historia muy interesante detrás.
Lo más tradicional es cubrirlas con azúcar y pueden disfrutarse solas o rellenas, por ejemplo con crema pastelera, dulce de leche o hasta nutella!
Receta de icortonPlato: carnaval, semana santaCocina: Carnaval, semana santaDificultad: Fácil
Raciones
4
raciones
Tiempo de preparación
30
minutos
Tiempo de cocinado
40
minutos
Calorías
400
kcal
Ingredientes
250 ml de leche
500 gr de harina de fuerza
70 gr de azúcar
1 huevo
10 gr de sal
65 gr de mantequilla
25 gr de levadura fresca
Azúcar glas y canela
Paso
Comenzaremos disolviendo la levadura fresca en un poco de agua tibia.
En un recipiente añadimos la harina, el azúcar y una pizca de sal y añadimos la levadura disuelta, el huevo y la leche, amasamos y cuando empiecen a estar integrados los ingredientes.
añadimos la mantequilla atemperada en pequeños trozos.
Cuando ya tengamos la masa bien mezclada y homogénea la dejamos reposar unos 5’ minutos,
Hacemos nuestras bolitas, separando 15 trozos de masa y hacemos pequeños bolitas con ellas. Las dejamos reposar tapadas con un paño hasta que aumenten su volumen.
Cuando haya transcurrido el tiempo de reposo, calentamos una sartén con abundante aceite y freímos las berlinesas, más o menos 3 minutos de cada lado. pastelera para inyectar el relleno.
Cuando estén listas, las dejamos en una bandeja con papel de cocina para que absorba el aceite sobrante.
Cuando hayan enfriado las decoramos con azúcar glas y canela en polvo.
Hoy te traigo la Receta de las Torrijas receta tradicional. Cada Semana Santa, los bares, restaurantes y hogares españoles se llenan de un irresistible dulce que todos conocemos como torrija. Se trata de una rebanada de pan empapada en leche, rebozada con huevo y frita en aceite, que se endulza con azúcar y un toque de canela.
Si investigamos un poquito más en sus variedades, descubrimos que en nuestro país existen diversos tipos de torrijas según su precedencia: las torrijas castellanas, las cántabras, las vascas, las gallegas… Pero, con alguna pequeña variación, todas ellas son, en resumidas cuentas, lo mismo: un pequeño dulce hecho de pan con leche rebozado y frito al que se añaden distintos ingredientes y condimentos.
¿Sabéis cuál es la historia de las Torrijas receta tradicional?
Las torrijas son uno de los dulces más antiguos de los que hay constancia. La primera referencia conocida a un postre parecido al de la torrija está en la obra del romano Marco Gavio Apicio en el siglo IV-V. En su libro De re coquinaria, basado en recopilaciones de recetas dulces y caseras, aparecen dos fórmulas para aliter dulcia u “otro tipo de dulce”. El recetario menciona que la rebanada de pan debe de mojarse en leche hasta empaparse, pero no menciona el huevo ni el azúcar y no le da tampoco un nombre especial a la elaboración. Esta es una primera toma de contacto con lo que será la torrija que conocemos hoy en día.
La receta de este dulce fue introducida en Europa por los árabes, variando a lo largo del tiempo y dando mucha rienda suelta a la imaginación de su elaborador: con vino, con leche, con azúcar, con miel… La palabra “torrija” como tal, no apareció en los diccionarios hasta el año 1.591. Hasta entonces, como el ingrediente principal era el pan, se habían usado diversos nombres genéricos relacionados con él: torradas, rebanadas, sopas doradas…
En el siglo XV la torrija comienza a ligarse a los nacimientos de bebés. Este dulce empapado en leche, se creía muy útil para estimular la secreción de leche en las mujeres. Pan, leche, huevo y algo dulce, eran considerados alimentos energéticos aptos para las mujeres que acababan de dar a luz, por lo que se ofrecían tanto a la madre como a los invitados que acudían a visitar al recién nacido. A comienzos del siglo XX las torrijas conquistan las grandes ciudades españolas y fueron muy habituales en las tabernas, servidas junto a vasos de vino.
¿Por qué son típicas de Semana Santa?
Las Torrijas receta tradicional, son un alimento muy calórico y, por lo tanto, apropiado para los días de abstinencia. Durante estos días, las monjas de los conventos intentaban aprovechar el pan duro y hacer distintas elaboraciones para alimentar a los necesitados, y una de ellas podían ser las torrijas. Además, tenían también un significado místico: la Resurrección de Jesús. El pan se identificaba con el cuerpo de Cristo, la fritura en aceite con el sufrimiento, y la leche y miel con el resurgir y la esperanza. De aquí proviene el simbolismo de comer torrijas durante la Semana Santa, una tradición que se ha mantenido hasta nuestros días.
Ahora que ya sabes todo sobre la torrija, ¿no te apetece probar una? En Zaragoza hay establecimientos especializados en su elaboración. ¡Aquí te proponemos varios sitios para probar este dulce!
Receta de icortonPlato: Carnavales, Semana santaCocina: PostreDificultad: Fácil
Raciones
4
raciones
Tiempo de preparación
30
minutos
Tiempo de cocinado
40
minutos
Calorías
300
kcal
Ingredientes
300 gr de pan del día anterior.
1 Naranja y 1 limón (Solo Cáscara )
1 rama de canela
100 gr de azúcar
1 L de leche
2 huevos
Aceite Girasol, para freír
Para después de freír
100 gr canela en polvo
100 gr de azúcar
Paso
Ponemos por la mañana la leche en un cuenco con las pieles del limón y la naranja, añadiendo la rama de canela y el azúcar, tapamos el cuenco, y lo dejamos infusionar, en la nevera o fuera, es indiferente, hasta el momento de empezar la receta. (min 2 horas)
Colamos la leche para quitarle las pieles y la canela
Cortamos el pan en rebanadas para nuestras torrijas, o si lo compramos lo ponemos en el tamaño que queramos, sobre un grosor de 2 o 3cm.
Las colocamos sobre una bandeja grande (la del horno nos sirve)
Ponemos juntos la bandeja del pan con el cuenco de la leche y empezamos a empapar el pan en la leche, por los dos lados del pan Yo suelo hacerlo rápido para que no empape demasiado y luego se rompa el pan.
Ponemos el aceite en la freidora y lo ponemos a la máxima potencia.
Batimos los dos huevo en un cuenco o plato hondo
Mezclamos en un plato o bol el azúcar y la canela
Cuando el aceite esté muy caliente, pasamos la rebanada de pan mojado en leche, por el huevo que tenemos preparado en un cuenco y ponemos en la freidora, con cuidado que tardarán muy poco y le damos la vuelta
Sacamos de la freidora/sartén dejamos enfriar un poco y pasamos por la mezcla de azúcar/canela por las dos caras.
Receta de icortonPlato: Carnaval, Postres, Sin gluten
Raciones
4
raciones
Tiempo de preparación
30
minutos
Tiempo de cocinado
40
minutos
Calorías
300
kcal
Ingredientes
1 litro de caldo
5 huevos
175 gr harina de avena
1 trozo de tocino
Paso
Lo primero es elegir que caldo escoger, yo siempre os voy a aconsejar un caldo natural, o preparado para las filloas, sino queremos meternos en en más preparaciones podemos comprar caldo ya preparado en el supermercado.
En un recipiente profundo, ponemos el caldo, incorporamos los huevos, batimos con la batidora y a continuación vamos agregamos la harina poco a poco y batiendo hasta que tenga el espesor adecuado. la mezcla que nos quede será una mezcla ni espesa ni muy liquida,
Esta mezcla dejaremos que se asiente, así que la dejamos reposar, tapada durante 30 minutos, más o menos, a temperatura ambiente.
Es hora de empezar, ponemos a calentar una sartén antiadherente en el fuego, cuando este caliente con el trozo de tocino clavado en un tenedor untamos toda la superficie de la sartén, hay personas que usan la mantequilla, personalmente no me gusta para las filloas, le cambia el sabor y la textura.
Cuando la sartén este caliente con un cazo echamos una cuchara de mezcla y la vamos moviendo para que la mezcla se vaya esparciendo por toda la superficie. Debe quedarnos una capa fina.
Es hora de darle la vuelta. ¿ Como saber cuando ? Yo miro las puntillas (el borde) cuando parece que empiezan a separarse, con las puntas de los dedos, las separamos de la sartén y le damos la vuelta, fácil pero con cuidado, que nos quemamos ¡¡¡
Cuando estén listas, las retiramos a un paño, para que pierdan humedad, y mientras vamos haciendo la siguiente, la dejamos unos segundos, después la pasamos a un plato y las vamos apilando para mantenerlas calientes.
Para comerlas podemos usar muchas cosas, rellenarlas de dulce, salado, fundir miel y mojarlas en miel.
Cada uno que elija lo que mas le guste y a disfrutar ¡¡¡
Vamos a ver un poco de historia de este cocido gallego tradicional, que es un elixir.
En las aldeas gallegas, su indudable cuna, era caldo de pobres que suma tres o cuatro siglos, a base de grelo, nabiza (grelo tierno), berza (la llamada verdura gallega) o repollo. A este caldo casi vegetariano con patatas, se agregan unto (velo de grasa que recubre intestino del cerdo) y habas.
Más tarde con el paso del tiempo y la mejora económica en las aldeas, se incorporaron cortes de cerdo o chorizo, lo que confirmó Manuel María Puga y Parga Picadillo en La cocina práctica (1905), en cuya receta añadía hueso de jamón y costilla salada.
Emilia Pardo Bazán contempla varias versiones (una con calabaza) en La cocina española antigua (1913). Lo habitual es cocer habas, unto, huesos y carnes; una vez hecho, se echan las patatas y, cuando rompen a hervir, la verdura; el unto se retira al final.
Por cierto, pote no es caldo, como advirtió Caius Apicius: «En Galicia, no come nadie pote gallego; sí cocido gallego [hecho a veces en un pote colgado sobre lumbre] y caldo gallego». Además de reconfortar en días de invierno, se considera digestivo por su contenido de vegetales, si no tiene exceso de grasa.
Así, mientras las verduras y legumbres aportan nutrientes y proteínas y son ricas en magnesio, hierro, fósforo, silicio y azufre; las carnes de cerdo aumentan la carga calórica
Para hacernos una idea, os dejo aquí una breve “Cronología del cocido” que podemos encontrar en el blog “Enciclopedia de Gastronomía”, de Pepe Iglesias, y que nos sirve para entender la historia que hay detrás de este plato.
“Podría afirmar que el cocido tiene un origen prehistórico. Una vez que el hombre logró dominar el fuego y fabricar vasijas de cerámica o metal, lo primero que hizo fue llenar de agua esa olla y ponerla al fuego con el fin de ablandar y hacer comestibles algunos trozos de carne, bellotas, raíces e incluso hojas. Ese fue el primer cocido, aunque desde luego no llevaría garbanzos”.
“Enciclopedia de Gastronomía”
Cronología
Empezamos en los Siglos X a V a. de C.: Los judíos traen la adafina, el precursor del cocido.
Para seguir en el Siglo VI: El cerdo entra en el cocido y cambia su sabor.
Ya en el Siglo XVI: Llega el pimentón de América, se empiezan a elaborar chorizos y el cocido cambia de sabor y color.
En el Siglo XIX: Se incorpora la patata.
Y en el Siglo XX: La hostelería de nivel llega a España y se establece el cocido como menú completo.
Para llegar a finales del Siglo XX y siglo XXI: La fiebre del regionalismo hace que aparezcan cocidos, supuestamente históricos, en cada pueblo de España.
Os dejo para que disfrutéis en estas fechas de entroido/carnaval de recetas de postres y comida para estas fechas de carnavales .
Receta de icortonPlato: Carnaval, GuisoCocina: GuisoDificultad: Fácil
Raciones
8
raciones
Tiempo de preparación
3
horas
Tiempo de cocinado
2
horas
Calorías
771
kcal
Ingredientes
1/2 kg. de garbanzos
1/2 Kg. de Grelos
1 morro de cerdo
2 orejas de cerdo
1/2 kg de patatas gallegas
1 lacón pequeño
4 chorizos
1 rabo de cerdo
Paso
El día anterior
Ponemos en agua toda la carne salada, intentaremos cambiar un par de veces el agua.
También a parte, ponemos los garbanzos en agua, recordar que tiene que haber por lo menos el doble de agua que de garbanzos, ya que en cuanto empiecen a coger volumen, nos podremos quedar sin agua.
EL MISMO DÍA
Ponemos agua en una cazuela, la más grande que tengas en casa, la ponemos al fuego y cuando empiece a hervir añadimos los garbanzos que yo los meto en una bolsa de rejilla (las hay para cocer legumbres.
También añadimos los trozos de cerdo, menos los chorizos.
Dejamos a fuego medio, sobre 2 horas. veremos el tiempo pinchando la carne, en el momento que veamos que se puede pinchar con facilidad, está listo.
Iremos retirando a una fuente, la carne que esté en su punto.
A la hora y media de cocción, ponemos en otra cazuela agua a hervir, podemos añadirle una poca de la cocción de la carne, si tenemos de más.
Metemos los grelos, las patatas enteras y peladas y los chorizos, en unos 10-15 minutos tendremos los grelos y las patatas.
Llego la hora de preparar las fuentes ¡¡¡
Yo saco los grelos y las patatas, a una fuente, los garbanzos en otra y en otra la carne y los chorizos, esto ya es a gusto de cada uno, incluso hay a quien le gusta poner la carne ya cortada.
si no se va a comer todo enseguida, es interesante dejar la cazuela con el agua a fuego lento, y antes de llevar a la mesa, darle fuego fuerte y meto la carne y garbanzos 1 minuto, para que cojan temperatura
Y a disfrutar de esta comida saludable y natural ¡¡¡
Ahhhh se me olvidaba, con el agua de la cocción, podemos preparar unas exquisitas croquetas, sopa ……
Os dejo un enlace con diferentes tipos de recetas de aprovechamiento.
Muchos estareis pensando ¿Manchega? pero si son de mi Región y ciertamente es un dulce que se ha adoptado en muchas zonas de nuestra geografía española, pero veremos como la Flor Manchega de carnaval es un postre típico en muchas zonas de España.
Comencemos por un poco de Historia de nuestra Flor frita de carnaval.
Historia de la Flor Manchega de carnaval:
Para entender la forma y diseño de este utensilio, tenemos que remontarnos al siglo XII, época en la que se fundaron las ordenes militares españolas.
Si nos remontamos a la historia, tenemos que ver que una orden militar es una institución religioso-militar, que en España surgieron durante la época de la Reconquista y que a día de hoy perduran cuatro de aquellas.
En el reino de León surgieron las órdenes militares de Alcántara, de Santiago, eEn el Reino de Castilla la orden de Calatrava, en la Corona de Aragón surgió la orden de Montesa.
Tradicionalmente se admite que la primera en aparecer fue la de Orden de Calatrava, nacida en la villa con el mismo nombre, del reino castellano en 1154, seguida de la de Orden de Santiago, surgida en la ciudad de Cáceres, en el reino leonés, en 1170.
Seis años después se creó la Orden de Alcántara, en principio denominada de San Julián del Pereiro. La última en aparecer fue la Orden de Montesa que lo hizo más tardíamente, durante el siglo XIV, en la Corona de Aragón debido a la disolución de la Orden del Temple.
Sobre el emblema de la Orden de Caballería de Alcántara [Avilés, J.; 1780b; tratado IV, capítulo V, página 340, figura 102], reutilizando la misma figura que para la Orden de Calatrava, dice «Antiguamente ponia el Orden de Alcántara en su Estandarte las Trabas de gules de la de Calatrava»
Recordemos que por la encomienda de la ciudad de Alcántara tuvieron que asumir cierta dependencia de la de Calatrava, «junto á un Peral de sinople en campo de oro, que era la insignia de la del Pereyro, por la conformidad con que vivían estos dos Ordenes; pero mudando el Habito el Papa» Eugenio IV «les concedió la Cruz verde», sinople, «con el modo que hoy la traen, que no varía de la de Calatrava en otra cosa, que en el color».
Los florones (utensilio con el que se realizan las flores, se han venido elaborando de forma artesanal en los hogares. Incluso, en la provincia de Segovia, los florones, floroneros o floreros eran motivo de rivalidad entre las amas de casa, que se afanaban en fabricar el florón más original. Además, los utensilios para su elaboración se heredaban y se aportaban como dote de boda.
Historia y tradición de la Flor Manchega de carnaval
Vamos a intentar colocar históricamente este dulce de origen Manchego, típico de Carnaval y Semana Santa, que da paso a la celebración de la primavera, se trata de la Flores Manchegas.
El origen de este dulce lo podemos situar geográficamente en la provincia de Ciudad Real, en concreto del municipio de Calzada de Calatrava, y es bien claro ya que la forma de la flor es una cruz semejante a la de la Orden de Calatrava, una cruz con cuatro brazos iguales, con flores de lis en los extremos de los brazos, orden formada en su mayor parte por monjes, y estructurada militarmente.
Se cree que los cuatro brazos hacen referencia a las cuatro Órdenes militares Españolas, Orden de Alcántara, Orden de Santiago, Orden de Calatrava y Orden de Montesa.
Pero no hay archivos que nos dicten, cuando nació el utensilio en sí.
La flor de carnaval es un dulce que se consume en una de las fechas más importantes para la religión católica, la Semana Santa.
Aunque, si bien es cierto que en otras regiones se toman en carnavales, fecha muy ligada a la religiosa, una similitud muy curiosa, nos hace situar el origen en la mancha, ya que la propia forma, nos recuerda propiamente a la misma Cruz de Calatrava.
Hoy, nada tiene que ver con el significado religioso, y mucho menos bélico. Comparten protagonismo en las casas gallegas y manchegas junto a las torrijas, o el pestiño durante el carnaval, haciendo más llevadera los tiempos austeros de la Cuaresma.
Tenemos una versión sin gluten, para que podamos disfrutar de este delicioso dulce en todas las casas, si quieres ver la receta sin gluten puedes verla aquí