Dulce de leche casero
El dulce de leche casero es, para el imaginario popular, uno de los grandes inventos argentinos. Sin embargo, los historiadores coinciden en que postres a base de leche hubo siempre. De hecho, el dulce de leche, aunque con otros nombres y ligeras variantes, se consume en buena parte del mundo. Cajeta, en México; arequipe o manjar blanco, en Perú, Colombia y Chile; caramel spread en los Estados Unidos; o confiture de lait, en Francia, son algunas de sus denominaciones.
La autora de este manjar fue una de las criadas del entonces General Juan Manuel de Rosas, quien olvidó al fuego una lechada –mezcla de leche y azúcar-. Cuenta la leyenda, que al regresar a buscarla se encontró con una sustancia espesa y de un color similar al marrón.
Sin embargo, en lugar de desechar el producto, su sabor agradó a Rosas y se cuenta que compartió el nuevo dulce durante una reunión con el General Juan Lavalle para discutir los principales puntos del Pacto de Cañuelas, con el objetivo de detener la guerra civil que asolaba la provincia de Buenos Aires.
Los ingredientes nobles del dulce de leche son sólo leche y azúcar, y la calidad de la leche argentina es la que lo hace único. El típico color y sabor del dulce de leche se obtiene por la caramelización del azúcar con la leche, lo que se denomina reacción de Maillard.
Si queréis alguna receta con la que poder usar este exquisito Dulce de leche casero, os dejamos la Receta de Alfajores, aunque si usáis el buscador encontrareis muuuchas.
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