Ir a la Comunidad Valenciana y no probar la horchata de chufa es como ir a Galicia y no probar el marisco, hoy os traigo una receta muy curiosa, el bizcocho con harina de chufa, un sabor inigualable.
La primera referencia que se tiene de la historia de la chufa data el Siglo XV aC, cuando se encontraron muestras de este tubérculo en un sarcófago egipcio.
Precalentamos el horno a 180° para tenerlo listo en el momento del horneado.
Montamos los huevos con el azúcar con unas varillas o batidora de varillas, tenemos que trabajar la mezcla hasta que blanquee.
Añadimos el aceite suave de oliva y la horchata, batimos para integrar los ingredientes pero con cuidado de no romper mucho el aire introducido al batir los huevos.
Tamizamos la harina de trigo y la harina de chufa, añadimos a la mezcla removiendo con cuidado. De nuevo no nos interesa romper mucho el aire de la masa, pero removemos hasta mezclar bien la harina con los líquidos.
Forramos un molde con papel de hornear y pintamos con un poco de aceite de oliva suave. Vertemos la masa e introducimos en el horno a 180°, cuando lleve media hora abrimos y pinchamos con un palillo largo o similar, si sale limpio y lo vemos bien hecho por fuera podemos sacar del horno.
Desmontamos el bizcocho de harina de chufa, quitamos el papel de horno y ponemos sobre una rejilla para que no coja humedad. Dejamos enfriar y ha podemos comerlo durante el desayuno o merienda.
La historia de las magdalenas esponjosas y con copete
Existen dos versiones que explican el origen de este preciado y clásico bollo que sobrevive a la moda de los muffins y las cupcakes
La historia del nombre de magdalena no termina de estar clara. Y es Según el Larousse Gastronómico, el secreto de la fabricación se atribuye a Commercy, ciudad súbdita del rey polaco Stanislas Leszcynski (1676-1766).
Se cuenta que en 1755 el soberano descubrió esta preparación realizada por una joven campesina.
Hay dos versiones para explicar el origen de las magdalenas: una historia se sitúa en Francia; la otra, en el Camino de Santiago
El monarca las apreció notablemente y le puso el nombre de la muchacha. El pastelito pronto conquistó la corte de Versalles y luego París.
La muchacha en cuestión parece ser que se llamaba Madeleine Palmier, y era sirvienta de la marquesa Perrotin de Beaumont, quien solía recibir al rey polaco cuando acudía a la localidad de Commercy a cazar.
Otra versión
Otra versión más hispánica indica que estos pastelitos los vendía una joven, llamada también Magdalena, en el camino de Santiago y que los hacía para recordar la concha de la vieira. Esta sería una de las razones por las que esta preparación se hizo tan popular por las tierras hispánicas.
Y es que una de sus características son las estrías que recuerdan a la concha del peregrino, que es como se presentan las más tradicionales.
Estos pequeños bollos se hacen al horno en unas placas que tienen unas hendiduras estriadas. Es ahí donde se deposita la preparación por la que, una de sus caras es plana y la otra no.
La receta más tradicional de las magdalenas esponjosas y con copete tiene harina, azúcar, manteca, levadura seca, huevos, limón y un poco de sal. Lo más habitual es encontrarla también de forma redondeada, tras hacerla en un papel redondo y estriado. La preparación sube en el horno y la parte superior es plana pero la inferior está acanalada.
En la actualidad se realizan de diferentes formas y sabores. Con cobertura de chocolate, de calabaza…
Eso sí, no tienen nada que ver con los “muffins” o los “cup-cakes” que tan de moda se pusieron hace unos años; y siguen estando presentes ya que existen hasta tiendas especializadas.
Marcel Proust
Hablar de la magdalena es hablar del escritor Marcel Proust, premio Goncourt en 1919 con su “A la sombra de las muchachas en flor” y segunda entrega de las siete que tuvo “En busca del tiempo perdido”.
Fue en el primer tomo, “Por los caminos de Swan”, donde el escritor francés establece un concepto que se ha extendido por todo el mundo, como es recordar su infancia a partir de tomar té y un poco de magdalena (aunque en un principio pensaba hacerlo con una tostada.
Pero en el instante mismo en que el trago (de té) mezclado con las migas del bollo tocó mi paladar, me estremecí, atento a algo extraordinario que dentro de mí se producía.
Un placer delicioso me había invadido, aislado, sin que tuviera la noción de su causa”, añadía.
La magdalena tiene una historia discutida. La más difundida cuenta que una joven chica, de nombre Madeleine Paulmier, sirvienta de la Marquesa Perrotin de Baumont inventó en 1755 esta receta para el rey Stanislas, que pasaba su tiempo en Commercy (Lorraine) donde cazaba y recibía comensales. Otras personas argumentan que una chica, llamada Madeleine ofreció a los peregrinos una magdalena que ella cocinaba en la concha de una vieira. Desde este tiempo, la magdalena es parte de la gastronomía francesa y se encuentra también en el idioma francés: decir que un plato es nuestra “`Petite Madeleine” significa que el plato nos recuerda nuestra infancia!
Ingredientes
70 gr de mantequilla
95 gr de harina
65 gr de azúcar
Ralladura de haba tonka
½ chta de levadura polvo (royal)
1 pizca de sal
2 huevos
30 ml de miel
Preparación
Tamizamos juntos la harina y la levadura y agregamos la ralladura del haba tonka. Luego añade la pizca de sal y vuelve a mezclar, reservamos.
A parte en un recipiente batimos los huevos y el azúcar. Hasta que hayan clareado.
Añadimos la miel y seguimos batiendo hasta que esté bien integrados los ingredientes.
Una vez bien mezclado añadimos los ingredientes secos que habíamos reservado, ayudándonos de una lengua o una cuchara de madera.
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Añadimos la mantequilla en pomada, para que sea más fácil mezclar todo y removemos hasta que obtengamos una mezcla homogénea.
Ahora dejaremos reposar la masa en la nevera tapada con film, durante por lo menos una hora.
Precalentamos el horno a 200ºC
Rellenamos los moldes que vayamos a usar engrasados previamente con mantequilla o spray, lo que uséis.
Rellenaremos un poco más de ¾ del molde y metemos al horno durante 12 minutos aproximadamente, o hasta que veamos que están doradas.
Sacamos y dejamos enfriar antes de consumir, y a disfrutar¡¡¡¡
Como veis es una receta fácil, sencilla y para toda la familia.
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Hoy hemos preparado los famosos Bizcocho esponja al microondas. Una alternativa ideal, para acompañar postres emplatados, como por ejemplo helados, sopas dulces, postres en vaso…etc. Y también para decorar tartas y pasteles.
Son unos bizcochos, que se hacen en pocos minutos, y resultan muy tiernos y esponjosos. Además vamos a manchar muy pocos utensilios, que también, es una ventaja. Necesitaremos, un sifón para espumas. Los sifones para espumas, podéis encontrarlos ya, en casi todas las tiendas, de utensilios de cocina. En páginas online, también tenéis mucha variedad. Lo que debes buscar, es un sifón de espumas que tenga buen precio y que sirva tanto para frío como para caliente (que incluso se pueda calentar al baño María). Yo utilizo el de 1L. pero para casa, con el de 1/2 L. es suficiente. Para el de 1L. Utilizaremos 2 cargas de N20, y para el de 1/2 L. una sola carga. Imprescindible también, contar con unos vasos de plástico desechables, y por supuesto, un microondas.
Ingredientes para los bizcocho esponja al microondas
Esponja de pistacho al microondas
90 g. pasta de pistachos
135 g. claras de huevo
90 g. yemas de huevo
90 g. azúcar
30 g. harina común
Esponja de avellana al microondas
90 g. pasta de avellanas
135 g. claras de huevo
90 g. yemas de huevo
90 g. azúcar
30 g. harina común
Esponja de chocolate al microondas
60 g de almendra tostada molida
135 g claras de huevo
90 g yemas de huevo
90 g de azúcar
30 g de harina común
40 g de chocolate negro al 70%, derretido
Procedimiento
Preparar el Bizcocho esponja de pistacho
Comenzamos preparando los Bizcocho esponja al microondas, de pistacho. En recipiente de un batidor túrmix, introducimos todos los ingredientes de la lista, no importa el orden, todos juntos. Trituramos, hasta que obtengamos una masa bien homogénea, y sin grumos. Colamos la mezcla, con un colador muy fino, para evitar que algún grumo de harina, o cualquier otro ingrediente, pudiera obstruir la válvula de nuestro sifón.
Rellenamos el sifón con la mezcla, ayudándonos con un embudo, si queréis. Lo cerramos correctamente, y le colocamos dos cargas de N20, para sifones de 1L. y 1 carga para los de ½ L. Agitamos el sifón unos segundos, para que el gas, se mezcle con el contenido. Guardamos tal cual en el frigorífico, cerca 2 horas.
Disponemos de unos vasos de plástico desechables. Con unas tijeras, o un cuchillo, hacemos unos 3 o cuatro cortes verticales, en la base de los vasos, tal y como se muestra en el video, con el fin de que fluya el calor.
Transcurrido el tiempo de reposo de la mezcla, sacamos el sifón del frigorífico, y lo agitamos de nuevo, unos segundos más, boca abajo. Vertemos lentamente el contenido (apretando suavemente la palanca del sifón), en uno de los vasos de plástico, justo hasta un poquito menos de la mitad, como máximo, ya que durante la cocción en el microondas, la masa va a subir bastante.
Cocción de los Bizcocho esponja al microondas
Cocinamos en el microondas, a potencia máxima (unos 800-900 w), durante 40-45 segundos. La parte superior, debe estar completamente cocida, sin restos de espuma. Dejamos enfriar el bizcocho, dentro del vaso, sobre una rejilla, y boca abajo, unos 10 minutos. Repetimos la operación, con el resto de los vasos. Debemos rellenar y cocinar los bizcochos, de uno en uno, para que la cocción sea la adecuada.
Para desmoldar, pasamos la punta de un cuchillo por el borde, y la pared interior del vaso, para despegar el bizcocho, y poder extraerlo fácilmente. Entonces, lo podemos romper con las manos, para hacer trozos más pequeños, y acompañar postres o helados.
Preparar la esponja de avellana
Vamos con los Bizcocho esponja de avellana. Haremos exactamente los mismos pasos que para la esponja de pistacho, solo que cambiando el ingrediente principal, en vez de pasta de pistacho, la sustituiremos por pasta de avellana. El procedimiento es el mismo: Mezclar todo con el batidor de cuchillas, colar, introducir en el sifón y cerrar.
Colocaremos dos cargas nuevas, una, si el sifón es de ½ L. Agitamos y enfriamos en la nevera un par de horas. Cortamos la base de los vasos, rellenamos hasta casi la mitad, y cocinamos a la misma temperatura. Dejamos enfriar boca abajo 10 minutos.
Preparar la esponja de chocolate
Repetimos el procedimiento de nuevo, con los ingredientes de la lista. En este caso, hemos añadido avellanas, porque el chocolate derretido, tiene una consistencia más fluida, que por ejemplo, la pasta de avellana, o de pistachos.
Notas y sugerencias
Los bizcochos esponja, con sifón de espumas, se pueden preparar con algo de antelación, pero siempre debemos dejarlos dentro del vaso, y boca abajo sobre una rejilla, y desmoldar en el momento justo de utilizar. Es un bizcocho muy tierno y esponjoso, pero fuera del vaso, se seca con facilidad.
El tiempo de cocción en el microondas suele ser de 40 a 45 segundos, a potencia máxima. Pero, como pasa con los hornos, no todos los microondas son iguales, ni cuentan con la misma potencia. Entonces, os sugiero que vayáis probando, uno lo cocinamos 40 segundos, otro 45, así vemos cual nos queda mejor, incluso, podéis alargar 5 o 10 segundos más.
Aunque en este caso, la pasta de pistachos, la podéis realizar en casa, si queréis. Es muy fácil, solo debéis triturar pistachos crudos (sin tostar), en el vaso del túrmix, con un chorrito pequeño, de algún aceite suave, de girasol mismo. La cantidad de aceite, es relativa, vais añadiendo muy poco a poco, hasta lograr una textura homogénea, y un poco pastosa, y espesa.
Para la pasta de avellanas, tostamos en el horno, unas avellanas con piel. La pelamos, y troceamos, Trituramos primero la mitad, y luego el resto. Veréis que poco a poco, las avellanas van soltando su aceite natural. Y la textura pasa de un polvo, a un líquido denso. Dejamos reposar, y ya la podemos usar.
disolvemos la levadura en la leche, cuando este disuelta disolvemos la maicena y después añadimos todos los ingredientes.
Ponemos en un bol, tapamos con film y metemos en la nevera hasta 1 hora antes de empezar el día siguiente.
El mismo dia:
Sacamos el prefermento de la nevera 1 hora antes de empezar para que pierda el frío.
Disolvemos la levadura en la leche y el zumo.
A parte mezclamos las harinas, la xantana, el psyllium, la sal y el azúcar.
Añadimos a las harinas 40 g. de mantequilla, los líquidos con la levadura, el ron, el huevo y la vainilla y amasar durante 5 minutos.
Agregarle otros 40 g. de mantequilla y seguimoa amasando 5 minutos.
Añadimos toda la mantequilla que queda y seguimos amasando durante 20 minutos hasta obtener una masa lisa y pegajosa.
Agregamos el chocolate y amasamos con una espátula hasta que se distribuya todo bien.
Ponemos toda la masa en un molde de panettone de unos 14 cm. de diámetro para panettones de entre 380 y 500 gramos y dejamos fermentar en un lugar cálido y húmedo una hora y media, hasta que sobrepase en unos 2 cm. el borde del molde.
Precalentamos el horno a 200ºC.
Ponemos el molde sobre una bandeja, metemos al horno un poquito más abajo de media altura, bajamos la temperatura a 180ºC y hornear 30 minutos. A los 15 minutos de horneado, ponerle un papel de aluminio por encima, para que no se dore demasiado.
Apagar el horno y dejar reposar 5 minutos dentro.
Sacar del horno y dejar enfriar boca abajo con la ayuda de tres brochetas que atraviesan el panettone de lado a lado en la parte inferior.