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Pan

Pan colombiano

Pan colombiano

Pan colombiano

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Receta de icorton Plato: Colombia, Menú infantil, Pan, Postres
Raciones

4

raciones
Tiempo de preparación

30

minutos
Tiempo de cocinado

40

minutos
Calorías

300

kcal

Ingredientes

  • 250 ml. de agua

  • 1/2 kg. de harina de fuerza

  • 8 gr levadura de panadería seca

  • 25 gr mantequilla

  • 20 gr azúcar

  • 15 gr aceite de girasol o semilla

  • 1 huevo

  • 1 chta de sal

Paso

  • Hacemos una masa madre, diluyendo la levadura en un poco del agua tibia, con media cucharadita de azúcar y dejamos reposar durante unos 15 minutos.
  • En un bol grande, añadimos la harina tamizada y en medio añadimos el resto de ingredientes, el pre-fermento de levadura, la mantequilla en pomada, el huevo, el aceite y el resto del agua a temperatura ambiente, al final en un lado la sal.
  • Mezclamos hasta que todos los ingredientes estén integrados, cuando sea manejable lo pasamos a la mesa, durante unos minutos más.
  • Boleamos y en un bol ponemos unas gotas de aceite y colocamos la masa. Tapamos y dejamos fermentar, hasta que doble el volumen
  • Sacamos del bol, y enrollamos la masa dando forma de barra
  • Cortamos el cilindro de masa de pan colombiano a la mitad, y cada mitad, a su vez, en cuatro mitades más.
  • Cogemos una porción de masa de pan entre las dos manos, y le damos forma redonda, para después, estírala con un rodillo, para darle forma de una elipse de 1 centímetro
  • Aplastamos con el rodillo uno de los extremos de la masa, y comenzamos a enrollar por el extremo contrario (si queremos rellenar este es el momento)
  • Cuando tengamos el rollo hecho, amasamos aplastándolo ligeramente con las dos manos.
  • Colocamos las porciones de masa sobre papel de hornear en la bandeja del horno bien separadas entre sí.
  • Greñamos con 3 cortes a bisel y tapamos con film, dejamos levar 1 hora.
  • Píntalos con huevo batido y horneamos durante 18 minutos a 180ºC

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masa empanadillas

Masa casera para empanadillas

Masa casera para empanadillas

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Receta de icorton Plato: Masas, PanCocina: MasasDificultad: Fácil
Raciones

4

raciones
Tiempo de preparación

30

minutos
Tiempo de cocinado

40

minutos
Calorías

300

kcal

Ingredientes

  • 450 g de harina de trigo

  • 200 ml de agua

  • 50 g de mantequilla o aceite

  • 1 huevo

  • 5 g de sal

Paso

  • Ponemos un cazo en el fuego y añadimos el agua, la mantequilla, y la sal. Calentamos el agua hasta que se derrita la mantequilla y retiramos el cazo del fuego.
  • Preparamos la masa. Colocamos toda la harina en un bol y añadimos el agua caliente.
  • Mezclamos bien ayudándonos de una cuchara. Añadimos el huevo y seguimos mezclando hasta que quede todo bien integrado.
  • Pasamos la masa al mármol cuando ya no podamos trabajarla con la cuchara.
  • Ponemos harina sobre la mesa y comenzamos a trabájala con las manos hasta obtener una masa lisa y uniforme.
  • Formamos una bola con la masa, la metemos en un recipiente y tapamos con un trapo, la dejaremos reposar durante 10 minutos.
    La masa ya estaría hecha.
  • Ahora tenemos dos formas.
  • 1-Extendemos con un rodillo con suficiente harina para que no se pegue la masa y con ayuda de un cortapastas redondo, hacemos la forma de la empanadilla.
  • 2-Cortamos la masa en pequeñas porciones y formamos bolitas con cada porción. Presionamos cada bola con las manos para alisarla y, luego, extiéndelas con el rodillo.
  • Rellenamos las empanadillas.
  • Cerramos las empanadillas ayudándonos de un tenedor para ir sellando todo el borde.
  • Podemos cocinarlas al horno o a la sartén. Colocamos las empanadillas en la bandeja de horno y las pintamos con huevo batido. Introducimos la bandeja en el horno durante 10 minutos a 220 grados.
  • También podemos freír las empanadillas, colocándolas en una sartén con abundante aceite y sacándolas cuando estén doraditas. Retiramos a un plato sobre papel absorbente para quitar el exceso de aceite.

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boroña asturiana

Boroña Asturiana

Cuando el avilesino Luis de Valdés (siglos XVI-XVII) redactó su obra ‘’Memorias del Arzobispo Don Fernando de Valdés’’ (año 1622), y que es conocida como ‘’Memorias de Asturias’’, describe así el entonces llamado pan de maíz: ‘’Es un pan amasado a morrillo, como cera o poco menos dura, blando y sabroso dos días, que se como bien ayudado de las viandas, de leche y quesos, mantecas de vacas, pescados y muchas carnes frescas y acecinadas, porque de lo dicho hay mucha abundancia.

¿Por qué al pan de maíz dio en llamársele borona?

Son muchos los estudiosos que opinan que tal nombre puede derivar del ‘’celta’’ bron, con significado genérico de pan, y que por deformación fonética derivó en borón; algo así como Inglaterra dio en ‘’Ingalaterra’’.

Ahora bien, ¿Por qué se dan nombres diversos-aunque muy parecidos-al pan de maíz.? ¿Por qué se dice borona, borronchu, boroñu, borona o boroña? ¿Qué explicación interpreta el que en unos casos se utilice el masculino y en otros el femenino?

Consultemos diccionarios bables de los siglos XVII y XVIII…

1.-GONZÁLEZ POSADA, C.- S.XVIII: Boroña: Pan de Maíz

2.-RATO Y HEVIA, A.- S.XIX: Boroña: Pan de harina de maíz, que trajo el descubrimiento de América y que sustituyó al pan de mijo, que se llamaba de boroña de fabricación casera, tardando mucho en endurecerse; se fabricaba en las maseras. L.Miliaceum panis. Cav. Bruna.

3.-VIGÓN, B.- S.XIX: Borona: Pan de maíz,Borona: Panecillo de harina de maíz. Boronu preñau: Especie de empanada que se acostumbra hacer el día de la Pascua de Resurrección.

Vayamos ahora a los diccionarios’’bable’’ actuales.

NOVO MIER, L.-1979: >Boroña: Pan de maíz.. Boroñón: Boroña grande.

SÁNCHEZ VICENTE, X.X.- 1996 Borona: Pan de maíz. Boroña preñada: Pastel de pan de maíz relleno de carne. Boroñu: Pan de maíz, más pequeño de lo habitual. Boroñu preñau Pastel de maíz relleno de carne.Boronchu: Borona pequeña.

¿Qué conclusiones pueden deducirse de las definiciones que nos aportan tales diccionarios?

Es de suponer que inicialmente el pan de maíz se le asignara aquel viejo nombre celta, Bron, deformado en Borón y posteriormente bablizado (asturianizado) en Borona, Boroñu o Boronchu . Es conocida la tendencia a bablizar los masculinos en ‘’u’’ y a confundir los sonidos ÑU-CHU. Borona, boroño, boronchu son, en realidad, la misma palabra con significado de pan de maíz de tamaño normal tirando a pequeño.

Por otra parte- y aun a riesgo de que nos tilden de machistas- es habitual en Asturias, y en otras regiones españolas, atribuir el aumentativo femenino a seres u objetos diferenciados unos de otros por sus mayores dimensiones. Al bígaro de gran tamaño se le llama botón; cuando es muy grande la llaman botona. Al bonito y al atún de mucho peso le llaman Bonita y bonitona…Nada tiene de extraño, pues, que al boroñu grande, tipo hogaza, se le llame Borona o Boroña.

El apodo de preñau para el boroñu, o de preñada para la Borona, advierte que el tal pan de maíz va complementado en su interior con una serie más o menos ampulosa de ingredientes cárnicos (Chorizo, Lacón, Morcilla, Costillas, Tocino…).

¿Y por qué en Pascua de Resurrección?. Sencillamente ése era uno de los muchos panes pascuales (rosquilla, pegarata, roscón, trenza…) que las madrinas regalaban a sus ahijados como respuesta al regalo que éstos les hicieran (Palma, Ramo de laurel y Romero…) el anterior Domingo de Ramos.

Colunga celebra su Festival de la Borona en días de Pascua. Ahora ya sabrán el porqué del nombre y las cualidades del producto. Y, por supuesto,

Si te ha gustado la receta de Boroña asturiana, te sugerimos que entres en nuestra categoría de Recetas de Pan. También puedes visitar una selección de las mejores Recetas asturianas.

Boroña Asturiana

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Receta de icorton Plato: Asturias, PanCocina: AsturianaDificultad: Media
Raciones

4

raciones
Tiempo de preparación

30

minutos
Tiempo de cocinado

40

minutos
Calorías

300

kcal

Ingredientes

  • 1 chorizo

  • 300 gr harina de maíz

  • 200 gr harina de trigo

  • 2 vasos de agua

  • 10 ml aceite oliva

  • 1 sobre levadura

  • 1 morcilla

  • 1 panceta

Paso

  • Ponemos los ingredientes líquidos en un recipiente (agua tibia y aceite).
  • Mezclamos las harinas
  • vamos incorporando las harinas a la mezcla de los líquidos poco a poco y añadimos sal.
  • Agregamos la levadura y empezamos a amasar nuestra boroña asturiana.
  • Podemos hacerlo a mano o bien con una amasaadora, sobre unos 10 o 15 minutos de amasado.
    cuando veamos que la masa esta tersa y bien integrados los ingredientes, pondremos la masa en un bol seco, y la dejaremos dentro del bol tapada con un trapo durante por lo menos 1 hora, a ser posible en un lugar seco y sin corrientes de aire.
  • Cuando la masa haya subido, amasamos moldeando haciéndole un hueco en la parte central.
    Metemos los embutidos y la carne.
  • Ahora tenemos dos opciones, dejarla abierta o cerrarla con la misma masa, tu eliges.
  • Ahora envolvemos nuestro pan boroña asturiana, con papel de aluminio hasta media altura para que se cueza bien.
  • Introducimos en el horno precalentado a 180 °C. y cocemos durante una hora
  • Puede ser que pasada la hora quede aún un poco cruda, dejaremos que se cueza más.
  • Cuando esté lista, sacamos la boroña asturiana y lista para disfrutar.

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picos regañas

Regañas y picos

Elaboración: 10 min
Cocción: 12 min
Listo en: 1h 22 min
 

El crujido es una de las características más adictivas del pan. No sé si es porque al morder una corteza o una pieza seca las ondas se transmiten por los huesos de la mandíbula por todo el cráneo y masajean los tejidos cerebrales dándonos gustirrinín, pero el caso es que el aprecio por los panes crujientes es prácticamente universal.

Además del placer del crujido, los panes secos garantizan una gran conservación, lo que ha resultado clave en muchos momentos y lugares a lo largo de la historia. Por ejemplo, los marineros de las grandes singladuras transoceánicas se alimentaban a base de panes crujientes que habían sido cocidos varias veces hasta dejarlos secos como una mojama: el bizcocho o galleta náutica (de ahí la palabra “bizcocho”, que en castellano ahora se emplea para denominar a una masa tierna, pero que en italiano conserva su origen; los biscotti son piezas secas cocidas dos veces).

De los taralli mediterráneos a los knäckebröd y tunnbröd escandinavos, de los picos, regañás y tortas galianas del sur a la galleta forta y las crostas baleares o las rosquilletas valencianas, nadie se puede resistir al crujido de las masas (y a lo cómodo que es tener un pan siempre a punto y que te dure semanas sin ver alteradas sus características).Hablando de crujido, siempre miro con envidia la riqueza léxica de otros idiomas en estos asuntos.

En castellano nos solemos limitar a “crujiente” (hay quien dice “crocante”, incluso en materiales del ámbito del análisis sensorial he leído la palabra “crujencia”, en serio). En el ubicuo inglés, sin buscar demasiado, encontramos crunchy y crispy (que tienen su homólogo en el knusprig y knackig alemán), que designan dos tipos de crujido diferente, uno más intenso, otro más suave… centraos en las diferencias de crujir de una galleta o un barquillo y veréis por donde voy.

Los franceses, como en tantas otras cosas gastronómicas, siempre son admirables y manejan en su habla común hasta tres vocablos: croquantcraquant y croustillant, cada uno denota una distinta intensidad en el crujido, un delicado matiz. El hecho de poder distinguir suaves matices nos hace ser capaces de disfrutarlos más (como cuando empiezas a aprender que todos los pájaros marrones no son gorriones, o que todos los vinos no saben exactamente igual).Todo esto nos lleva de vuelta a una mesa veraniega con unas cañas y un plato de queso o jamón, a una tapa de ensaladilla rusa… y sus acompañantes: picos, colines, regañás.

El cotidiano y sencillo placer del tapeo llega a su máxima expresión gracias a algunas de las piezas más humildes pero emblemáticas de la panadería española. Es común que los picos se elaboren con una masa dura, refinada, que exige su manipulación a rodillo, por lo que su elaboración casera necesita de músculo y paciencia. Para esta masa polivalente propongo una masa poco hidratada, mucho más sencilla, que nos evita la necesidad de refinarla; de hecho, como un poco de masa cunde mucho, el tamaño de la masa hará que el amasado no sea terrible, y prácticamente sea una especie de refinado manual.

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Con la misma masa elaboraremos picos, colines y regañás (aunque es común que las haya también sin fermentar); 3 x 1, como en el súper. Usaremos un fermento para dar profundidad al sabor de los picos, y que tras el último mordisco quede en la boca un regusto delicioso. Un poco de aceite y el uso opcional de harina de trigo duro (vale la de fritura), harán el resto. En un horno casero se pueden conseguir grandes resultados, sólo hay que ser un poco cuidados en el momento de la cocción. Mi consejo es que hagas varias tandas de esta masa, ya que, como decía al principio, su crujido es sencillamente adictivo.

Ingredientes

Fermento

  • 50 g harina del súper de-toda-la-vida (si controlas de harinas: mitad panificable y mitad floja)
  • 25 g agua
  • 1 g levadura fresca (el tamaño de un garbanzo) o bien 0,3 g levadura seca (la superficie que ocupa cubrir una moneda de 2 €)

Masa final

  • Fermento
  • 200 g harina del súper de-toda-la-vida (si controlas de harinas: mitad panificable y mitad floja)
  • 50 g harina de trigo duro* (más fina que la sémola, vale harina de fritura; esa que al tocarla es como finísima arena)
  • 100 – 110 g agua
  • 25 g aceite oliva virgen
  • 3 g sal (1/2 c. p.)
  • 3 g levadura (equivalente al volumen de unos 3 garbanzos) o 1 g de la seca (1/3 c. p.)

Opcional: también puedes usar harina integral (ajustando la cantidad de agua, ya que absorberá un poco más) o semillas (30 g de sésamo irían de maravilla) y especias a tu gusto.

Preparación

Para preparar el fermento, mezclar los ingredientes y amasarlos someramente hasta que estén bien distribuidos. Fermentar una hora a temperatura ambiente dentro de un bote tapado y luego meter a la nevera (allí puede aguantar un par de días sin problemas). Si no te has acordado, puedes hacer el fermento el mismo día sin usar la nevera ni esperar; es todo igual pero se fermenta de 3 a 4 horas a temperatura ambiente antes de usarlo.

Para preparar la masa, mezclar todos los ingredientes, incluido el fermento, hasta obtener una masa bastante dura (no eches todo el agua de vez, añade solo unos 100 g y echa el resto si ves que te es imposible amasar).

Amasa unos 5 – 7 minutos hasta que la masa quede fina, lisa por completo, con una textura dúctil y extremadamente plástica. Fermentar tapado durante 2 horas.

Para formar, tenemos tres opciones.

Picos: estirar la masa a rodillo (vale una botella) hasta que quede muy fina (1 mm), y con un cuchillo grande o una rueda corta pastas hacer cuadrados de unos 3 x 3 cm. Enrollar los cuadrados haciéndolos rodar con la palma de la mano contra la mesa, para que se selle la masa. Atención a que no queden muy grandes, ya que se hincharán durante la fermentación y la cocción.

Disponerlos sobre una hoja de papel de hornear con espacio entre ellos para que crezcan.

Regañás: con la masa estirada para picos, a 1 mm de grosor, cortar cuadrados de unos 2 x 3 cm (o del tamaño que te gusten las regañás) y disponerlos sobre una hoja de papel de hornear con espacio entre ellos para que crezcan. Antes de hornear, pinchar con un tenedor; esto dará el típico aspecto agujereado (ver foto) y evitará que salgan bolsas de aire grandes.

Colines: estira la masa a rodillo hasta que tenga un grosor de unos 5-6 mm. Cortar cintas de 1 cm escaso de grosor y de ahí corta los colines a la longitud deseada, de 3-4 cm a donde quieras llegar. Disponerlos sobre una hoja de papel de hornear con espacio entre ellos para que crezcan.

Fermentar aproximadamente 1 hora. Es importante que la masa no se seque, puedes fermentarla dentro de un armario (el mejor armario de la casa es el horno) y si vives en un clima muy seco o usas aire acondicionado, pon un cuenco con agua tibia para crear un poco de humedad.

Para la cocción, calienta el horno a 180º (unos 15-20º menos si usas ventilador). El uso del ventilador es interesante en estas piezas, ya que te permite cocer dos o tres bandejas a la vez y obtener resultados homogéneos (los de la foto están cocidos con ventilador en dos bandejas).

Pon una bandeja metálica vacía en la base del horno. Cuando el horno esté caliente y vayas a meter la masa, echa un vaso de agua en la bandeja para crear vapor. Cuece los picos durante 5 minutos con ese vapor. Después, quita la bandeja con vapor y continua la cocción hasta llegar a los 13-14 minutos de tiempo total para regañás o 16-17 para picos y colines.

Cuando veas que las piezas tienen un dorado homogéneo y bonito, un truco muy interesante para asegurarte un crujido agradable es apagar el horno y dejarlo con la puerta entreabierta. De este modo, las piezas se van secando suavemente con el calor residual. Déjalas ahí al menos 10 minutos. Luego sácalas, deja que se enfríen y guárdalas en un bote hermético para que se mantengan crujientes.

*Si no encuentras harina de trigo duro, sencillamente omítela y usa en su lugar otros 50 g de la otra harina.

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pan de molde blanco

Pan de molde blanco sin masa madre

No hay nada mejor que una buena merienda con un pan hecho en nuestras cocinas, sin criticar el pan de molde que compramos que como sabéis llevan otro tipo de productos, este pan de molde blanco sin masa madre, es la delicia de los más pequeños y como no, de los más grandes.

Como veis es super sencillo y bien guardado, nos puede aguantar varios días.

Ingredientes:

  • 700 gr. harina de fuerza
  • 470 ml agua
  • 25 gr. levadura fresca
  • 30 gr mantequilla
  • 15 gr sal
  • 5 gr. azúcar

Preparación

Primero vamos a mezclar los ingredientes sólidos, la harina, la sal y el azúcar.

Añadimos un poco de agua fría a la levadura para deshacerla.

Añadimos el agua restante a la harina, después la mantequilla derretida y al final añadimos la levadura.

Enharinamos la mesa donde vayamos a trabajar y ponemos la masa.

Nos toca amasar así que, hacemos un cuadrado y la estiramos hacia delante con la palma de la mano, ahora, doblamos hacia nosotros (pliegue simple)

Giramos la masa a la izquierda y volvemos a estirar hacia delante (otro pliegue simple)

Amasamos durante 10 minutos o hasta que veamos que la masa se queda suave sin pegarse.

Durante ese tiempo es posible que tengamos que añadir un poco más de harina, nos lo irá `pidiendo la masa.

En un molde cuadrado, lo forramos con papel de horno,

Introducimos la masa en el molde, asegurándonos que nos queda bien repartida por las cuatro esquinas del molde, nos tiene que cubrir la mitad del molde.

Tapamos con un paño y dejamos reposar hasta que doble su volumen, o bien si lo hacemos el día anterior, lo meteremos en la nevera toda la noche.

Precalentamos el horno a 220º, pintamos la masa con huevo batido mezclado con una pizca de sal.

Introducimos en el horno, entre 30 y 32 minutos, si vemos que coge mucho color podemos tapar a la mitad de la cocción con papel aluminio, el tiempo puede variar por cada horno.

Sacamos y dejamso enfriar.

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